Razonamiento falaz
Para mantenerse vivos, los seres humanos requieren una percepción del mundo que sea al menos algo realista. Todos los días, tendrá dificultades para tomar medidas significativas si su modelo de realidad está completamente en desacuerdo con el mundo real.
Pero a la mente humana le interesa algo más que la veracidad y la precisión. Parece que los humanos también tienen una necesidad innata de encajar.
¿Dirías que solo somos animales de manada? Todos deseamos ser aceptados, formar amistades y ganarnos la admiración y aprobación de nuestros contemporáneos. No podemos sobrevivir sin estas tendencias. Nuestros antepasados vivieron en grupos llamados tribus durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva. Una sentencia de muerte significaba ser expulsado o separado de la tribu.
Ser fiel a la tribu de uno es más importante que saber todo lo que hay que saber sobre cualquier situación dada. Estos dos deseos se complementan muy bien la mayor parte del tiempo, aunque chocan periódicamente.
Ser capaz de comunicarse con otras personas suele ser más útil en el día a día que conocer los detalles exactos de un determinado tema.
Según Steven Pinker, psicólogo de la Universidad de Harvard,
"las personas son aceptadas o condenadas de acuerdo con sus creencias, por lo que una función de la mente puede ser mantener creencias que traigan al poseedor de la creencia el mayor número de aliados, protectores o discípulos, en lugar de creencias que tienen más probabilidades de ser ciertas".
Las cosas no son necesariamente verdaderas cuando las creemos. Nos decimos cosas a nosotros mismos de vez en cuando solo para poder impresionar a las personas que nos importan.
"Si un cerebro anticipa que será recompensado por adoptar una creencia en particular, está perfectamente feliz de hacerlo, y no le importa mucho de dónde provenga la recompensa, ya sea pragmática (mejores resultados como resultado de mejores decisiones), social (mejor trato de los compañeros, o alguna combinación de los dos)", creo que Kevin Simler lo expresó bien.
A pesar de su falta de validez fáctica, las ideas falsas pueden servir a propósitos sociales. Podríamos decir que esta estrategia es "fácticamente falsa, pero socialmente precisa" si tuviéramos que elegir una palabra mejor. Los amigos y la familia suelen ganar a los hechos cuando nos enfrentamos a una elección entre los dos.
Esta comprensión arroja luz sobre por qué podríamos ser sumisos durante una cena o ignorar los comentarios hirientes de nuestros padres, y también nos muestra cómo influir en las personas de manera más efectiva.
Permanecemos impasibles ante la evidencia
El compañerismo funciona.
Convencer a alguien para que reconsidere su posición es esencialmente lo mismo que persuadirlo para que cambie de tribu. Corren el riesgo de ser alienados de la sociedad si renuncian a sus ideales. Si separas a alguien de su comunidad, no puedes esperar que lo reconsidere. Debes proporcionarles un destino. Nadie quiere que toda su visión del mundo se haga añicos si eso significa que estará solo.
Hacerte amigo de alguien, invitarlo a tu tribu y traerlo a tu círculo son excelentes maneras de influir en su opinión. Ya no están amenazados de exclusión social si modifican sus ideas.
Compartir un almuerzo con alguien que no está de acuerdo con nosotros es todo lo que se necesita, según el filósofo británico Alain de Botton:
Una ventaja peculiar pero sorprendente de cenar con un grupo de extraños es que se vuelve un poco más difícil despreciarlos abiertamente. La abstracción es una fuente de alimento para los prejuicios y las guerras raciales.
Pero el hecho de que haya una comida en espacios cerrados —el despliegue simultáneo de servilletas, el paso de platos e incluso la petición de que un extraño pase la sal— destruye nuestra capacidad de aferrarnos a la idea de que esos extraños forasteros con ropas y acentos extraños deben ser expulsados o atacados.
De todos los grandes planes políticos que se han puesto en marcha para poner fin a los conflictos étnicos, hacer que los vecinos cautelosos cenen juntos es uno de los métodos más seguros para unir a la gente y fomentar la tolerancia.
Tal vez no sea la diversidad per se, sino más bien la separación física lo que fomenta la animosidad y el tribalismo. Comprender algo se vuelve más fácil cuanto más cerca estás de ello. "No me gusta ese hombre" es una reminiscencia de un comentario de Abraham Lincoln. Necesito pasar más tiempo con él.
La verdad no nos influye. El conocido sí
Creencias en un espectro
Todavía no puedo hacer que Ben Casnocha deje de mencionar este pensamiento que tuvo hace mucho tiempo:
las personas con las que estamos de acuerdo en el 98% de todos los temas son las que tienen más probabilidades de persuadirnos para que cambiemos nuestras creencias.
Las creencias radicales de una persona tienen más influencia cuando provienen de alguien que conoce, le gusta y en quien confía. En la mayoría de los aspectos de la vida, ya encuentras puntos en común con ellos. Es posible que usted también reconsidere su postura sobre este asunto. Por otro lado, es sencillo descartar a alguien que es muy diferente a ti como radical cuando sugiere la misma noción.
Las creencias pueden representarse en un espectro para ayudar a comprender esta diferenciación. Sería inútil intentar persuadir a alguien en la Posición 1 si, después de dividir este espectro en 10 unidades, se encuentra en la Posición 7. Ese abismo es demasiado grande. Cuando estés en la posición 7, lo mejor es acercarte a los que están en las posiciones 6 y 8, y llevarlos de forma lenta pero segura.
Las personas en diferentes lados de un tema tienden a discutir más, mientras que las que están cerca tienden a enseñarse más entre sí. Uno o dos puntos de vista profundamente arraigados de una persona pueden filtrarse fácilmente en tus propios pensamientos e influir en tu perspectiva cuanto más te acerques a ellos. La propensión de una persona a rechazar de plano un concepto aumenta en proporción directa a lo mucho que difiere de su actitud actual.
Es bastante difícil saltar de un lado a otro cuando se trata de cambiar los pensamientos de las personas. Bajar por el espectro no es una opción. Debes descenderlo.
En la medida en que difiera de su visión actual del mundo, cada concepto parecerá peligroso. Además, un espacio seguro es ideal para contemplar un concepto potencialmente peligroso. En consecuencia, los libros suelen ser más eficaces que las discusiones o los argumentos para cambiar los puntos de vista de las personas.
Al conversar, uno debe tener en cuenta su estatus y apariencia. Para evitar parecer tontos, están tratando de salvar las apariencias. En lugar de admitir que están equivocados, las personas suelen preferir aferrarse firmemente a su postura actual cuando se enfrentan a hechos desagradables.
Los libros alivian este estrés. Cuando uno lee un libro, es capaz de tener un diálogo interno libre del escrutinio de los demás. Ser receptivo requiere menos esfuerzo cuando no estás a la defensiva.
La identidad de una persona está siendo atacada en una discusión. El acto de leer un libro es análogo a plantar una semilla en la mente de alguien y luego permitir que se desarrolle de acuerdo con sus condiciones únicas. Cuando uno está lidiando con una creencia existente, hay suficiente disputa mental. Ambos no tienen que pelear contigo.
En cuanto a por qué persisten los conceptos erróneos
La gente también sigue hablando de ideas terribles, que es otra razón por la que se quedan.
Cualquier idea muere cuando hay silencio. Sin expresión ni documentación, un concepto perece junto con su creador. Sólo repitiéndolas las ideas se quedan grabadas en la mente. Su credibilidad depende de su repetición.
Como he mencionado anteriormente, una forma en que las personas muestran que pertenecen al mismo grupo social es repitiendo ideas. Un punto vital, sin embargo, que a menudo se pasa por alto:
Quejarse de algo es una excelente manera para que las personas difundan malas ideas. Debes citar una idea antes de poder criticarla. Te encuentras sacando a relucir los mismos pensamientos una y otra vez, incluso si crees que la gente eventualmente los olvidará. La gente es más propensa a creer en un concepto terrible cuanto más lo dices.
La Ley de Recurrencia de Clear es un fenómeno en el que la cantidad de veces que se ha repetido una noción en el último año, independientemente de lo equivocada que sea, tiene una correlación directa con el número de individuos que la creen.
Luchar contra las malas ideas es como alimentar al monstruo que intentas matar. "Cada vez que retuiteas o citas a alguien con quien estás enojado, eso lo ayuda", comentó un empleado de Twitter. Sus tonterías salen a la luz. El silencio es un infierno para los conceptos que rechazas. Sé lo suficientemente autocontrolado como para dárselo a ellos.
Luchar por las buenas ideas es más productivo que luchar contra las malas. No dediques tiempo a elaborar los méritos de las malas ideas. Solo estás echando leña al fuego de aquellos que son ignorantes y tontos.
El olvido es el mejor remedio para una mala noción. Compartir una buena idea es lo mejor que le puede pasar. "Pasa el menor tiempo posible hablando de cómo otras personas están equivocadas" (Tyler Cowen), me viene a la mente cuando pienso en esto:
Pon comida en las ideas positivas y mata de hambre a las malas
El héroe con cerebro
Lo que sea que estés pensando, lo entiendo. En este mismo momento, ¿eres realmente real? ¿Debo simplemente quedarme de brazos cruzados y permitir que estos imbéciles se salgan con la suya?
Permítanme aclarar. No estoy afirmando que señalar un error o criticar un mal concepto nunca sea útil. Sin embargo, debes preguntarte: "¿Cuál es el objetivo?"
En primer lugar, ¿por qué te interesa criticar las malas ideas? Seguramente crees que menos personas creerían en ideas terribles si las criticaras. Si es así, entonces el mundo sería un lugar mejor. En pocas palabras, usted tiene la creencia de que unos pocos puntos de vista fundamentales podrían conducir a un mundo mejor.
No creo que sea la estrategia ideal criticar al bando contrario si se quiere influir en las ideas de la gente.
La mayoría de las personas debaten en aras de la victoria, en lugar de un interés genuino en la comprensión. Con frecuencia, las personas se comportan más como soldados que como exploradores, como afirma tan elocuentemente Julia Galef. Para silenciar a cualquiera que piense diferente a ellos, el ejército ha lanzado una ofensiva intelectual. El sentimiento dominante es el de triunfo. Mientras tanto, los exploradores son como exploradores académicos; Están tratando de construir un mapa de la zona con otras personas. Lo que nos motiva es nuestra curiosidad natural.
Comportarte más como un explorador y menos como un militar hará que más personas acepten tus ideales. Tiago Forte hace una pregunta encantadora que se encuentra en el corazón de esta estrategia: "¿Estás dispuesto a no ganar para mantener la conversación?"
Prioriza la bondad sobre la rectitud
Hay que tener en cuenta que la clave para ganar una discusión es socavar la realidad del oponente, como dijo el gran novelista japonés Haruki Murakami.
Duele perder el contacto con la realidad, así que sé amable independientemente de cuánta razón tengas.
Conectar con la otra parte, colaborar con ella, hacerse amiga de ella e integrarla en nuestra tribu es el objetivo, pero es fácil olvidarlo cuando estamos en el momento. Perdemos de vista la construcción de relaciones en nuestra búsqueda de la victoria. Es más fácil asignar etiquetas que trabajar con personas.
La raíz de la palabra inglesa "kin" es el sustantivo "kind". Ser generoso demuestra que valoras a otra persona tanto como a un miembro de la familia. Si quieres persuadir a alguien, este es el camino a seguir. Conócense. Coman juntos. Presenta un libro como un regalo único.
Prioriza la bondad sobre la rectitud.