El microcrédito

El microcrĂ©dito ofrece una oportunidad Ășnica a muchos habitantes en los paĂ­ses en desarrollo de poner un negocio o crear una empresa. Estos prĂ©stamos de pequeña cuantĂ­a estĂĄn dirigidos a aquellas personas que no cuentan con recursos, ni garantĂ­as y menos aĂșn avales para acceder a un prĂ©stamo bancario.
AĂșn asĂ­, en ocasiones, se facilitan microcrĂ©ditos, aunque a un interĂ©s alto. RazĂłn mĂĄs que suficiente para que las organizaciones de ayuda islĂĄmicas hayan introducido su propio concepto de microcrĂ©dito. AsĂ­ ocurre en Kosovo, donde los mĂĄs pobres pueden acceder a un crĂ©dito por medio de la organizaciĂłn Islamic Relief.

El gobierno no hace nada

Ahmet Bubalku tiene una granja en el pueblo de Zabel i UltĂ« con nueve gallinas y una vaca. Gracias a la obtenciĂłn de un microcrĂ©dito de Islamic Relief pudo levantar una pequeña empresa rural. En total recibiĂł 3.400 euros que deberĂĄ amortizar en un par años. Con ese dinero comprĂł semillas para plantar papas, tomates y cebollas. Ahmet reconoce que “sin este prĂ©stamo no sĂ© cĂłmo habrĂ­a hecho para alimentar a mis tres hijos. El gobierno no hace nada para incentivar la agricultura.”
Ahmet es uno de los 1.375 habitantes que se ha beneficiado de la concesión de un microcrédito.

Esta región es la mås pobre de Kosovo. La guerra, que concluyó hace diez años, no dejó ni una sola casa en pie. Ante ese panorama desolador, Islamic Relief decidió financiar microcréditos pero no sólo para montar empresas sino también para reconstruir las viviendas. Se trata de pequeñas sumas de dinero que se invierten en la adquisición de ventanas y puertas nuevas. El microcrédito cuenta con una gran aceptación, comenta Islam Hasani de Islamic Relief, y eso que otras instituciones financieras, cercanas al lugar, otorgan préstamos mås altos:
“La tasa de interĂ©s de ellos es sin embargo muy alta. La comisiĂłn de apertura es del 22 por ciento. Nosotros no cobramos interĂ©s por el prĂ©stamo. SĂłlo cobramos por cada crĂ©dito una pequeña suma de 60 euros por los gastos de administraciĂłn, con prescindencia del monto de la transacciĂłn comercial. Concedemos crĂ©ditos que van desde los 400 a 5.000 euros.”
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MicrocrĂ©dito comĂșn vs. microcrĂ©dito islĂĄmico

Pero Ă©sa no es la Ășnica diferencia entre un microcrĂ©dito comĂșn y un microcrĂ©dito islĂĄmico. En opiniĂłn de Hasani, la relaciĂłn entre el financista y el microemprendedor es mucho mĂĄs personal en el mundo islĂĄmico que en un banco comĂșn y corriente. Antes de que alguien sea tomado en consideraciĂłn para acceder a un prĂ©stamo, es visitado por los consultores de Islamic Relief en su vivienda. ÂżQuĂ© es lo que necesita el peticionario? ÂżEstarĂĄ en condiciones de amortizar a tiempo? De esta forma, estĂĄn completamente al tanto de la situaciĂłn y podrĂĄn intervenir si surgen problemas con el reembolso, comenta Ahmet:

“Cuando mi hija se fracturĂł la pierna, tuve que destinar una parte del prĂ©stamo para pagar el hospital. NecesitĂ© unos meses mĂĄs para devolver el dinero. Claro que si se hubiera tratado de un banco comercial ya me habrĂ­an embargado los bienes, pero sabĂ­a que las instituciones financieras islĂĄmicas comprenderĂ­an mi situaciĂłn”.

Cien por ciento de amortizaciĂłn

La tasa de amortizaciĂłn es casi del 100 por ciento. De hecho, aunque a Ahmet le quede sĂłlo un euro para llegar a fin de mes, se encarga de devolver hasta el Ășltimo centavo de su prĂ©stamo. En el futuro espera lograr otro crĂ©dito para instalar un invernadero. Por cierto, Ahmet no es el Ășnico que cumple sus obligaciones, cuenta Hasani:
“La tasa de amortizaciĂłn acĂĄ es muy alta. La gente podrĂĄ ser pobre pero, ÂĄes muy honesta!”

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